Monday, March 24, 2014
Tazría (Levítico 12-13) - Purificando el habla
La luz de la Torá - Tazría (Levítico 12-13)
Purificando el habla
Por Rav Yehonasan Gefen
La parashá de esta semana habla extensamente sobre el malestar espiritual llamado tzaraat, el cual causa manchas blancas en la piel de la persona. Para superar esta aflicción, la persona debe someterse a un período de aislamiento y luego a uno de purificación.
El Talmud nos dice que tzaraat viene a causa de los pecados de la persona, particularmente por el pecado de hablar lashón hará (habla negativa) (1). El proceso de recuperación tiene como objetivo demostrarle al metzorá el poder destructivo de su pecado y enseñarle cómo mejorar en el futuro para evitar volver a pecar de esa manera.
Pareciera que hay dos lecciones que la persona que habló lashón hará debe aprender durante su período de tzaraat. Primero, el Talmud nos dice que esta persona “causó separación entre el hombre y su amigo [por medio de su lashón hará] y por lo tanto, la Torá dice que debe estar solo” (2). Hablar mal sobre otras personas genera inevitablemente que se disuelvan amistades y que las personas se distancien unas de otras. Consecuentemente, medida por medida, la Torá obliga a quien habla lashón hará a vivir en soledad durante un lapso de tiempo, completamente separado del resto. Esto le enseña el dolor que causó al romper relaciones. Segundo, las manchas mismas sirven como una poderosa demostración del daño que el lashón hará causó en su neshamá (alma).
Tzaraat no es una enfermedad física normal, sino que es la manifestación física de un malestar espiritual que le otorga al pecador evidencia irrefutable del daño que se ha causado a sí mismo en el plano espiritual, y de que necesita desesperadamente una mejora (3).
Hoy en día no hay tzaraat, y esto podría considerarse superficialmente como algo bueno. Sin embargo, los comentaristas señalan que lo opuesto es cierto: tzaraat era un acto de bondad de Dios, por medio del cual le comunicaba claramente al pecador sobre su transgresión y la necesidad de teshuvá (arrepentimiento). Sin este regalo, es mucho más difícil para la persona reconocer cuándo ha pecado.
Sin embargo, el pecado de lashón hará sigue siendo claramente uno de los más difíciles de evitar. De hecho el Talmud establece que sólo una minoría de las personas tropieza en áreas relacionadas a la inmoralidad y una mayoría en ciertas formas de robo, sin embargo, todos [tropiezan] en avak lashón hará (4). Dada la aparentemente generalizada transgresión de lashón hará, ¿qué reemplazo hay para el tzaraat? ¿Cómo puede reconocer la persona el daño espiritual que se causa a sí misma cuando habla lashón hará y cuál es el alcance del daño que pueden tener las palabras negativas en los demás?
Rav Alexander Moshé Lapidus responde esta pregunta en su trabajo Dibrei Emet (5). Él señala que una persona afectada por tzaraat debía acudir donde un kohén (sacerdote), quien lo guiaría en el proceso de teshuvá. Hoy en día continúa habiendo un kohén que nos guía continuamente para rectificar el pecado de lashón hará: el Jafetz Jaim (Rav Israel Meir Kagan), cuyos libros sobre el tema (6) son la autoridad suprema en cuanto a las leyes y a la perspectiva de la Torá sobre el cuidado del habla. Sus libros le enseñan a la persona sobre el daño que causa en los demás el hablar lashón hará y le describen detalladamente el daño que se hace a sí misma.
El Jafetz Jaim escribe en nombre del Maharshá que cuando la Guemará dice: todos [tropiezan] en avak lashón hará, se refiere a todos los que no hacen un esfuerzo consciente para mejorar su habla (7). Sin embargo, si una persona aprende las leyes y la filosofía sobre cuidar el habla, podrá evitar este pernicioso pecado.
Pese a que nadie en esta generación se ve afligido por la enfermedad de tzaraat, es obvio que quien no se esfuerza en esta área inevitablemente terminará hablando, al menos, avak lashón hará. El consejo del Dibrei Emet nos enseña que es muy importante que una persona estudie las leyes de lashón hará de los libros del Jafetz Jaim para disminuir su habla negativa.
Uno todavía podría preguntar por qué es necesario estudiar las leyes de lashón hará, ¿no bastaría con estudiar los aspectos filosóficos del daño que provoca para desarrollar de esta manera un nivel suficiente de temor al Cielo como para evitar hablar lashón hará?
El Jafetz Jaim se refiere a esta idea en la introducción de su libro de musar (8), Shemirat halashón, donde dice que no alcanza con estudiar este libro, sino que uno también tiene que estudiar su libro de leyes, Jafetz Jaim: "De qué sirve todo el musar del mundo que habla sobre la severidad de las prohibiciones de lashón hará y rejilut (9), si la persona se ha permitido a sí misma decir que tal cosa no está incluida en lashón hará o que la Torá no prohibió hablar lashón hará sobre cierto tipo de gente. Por lo tanto, uno debe saber qué cosas caen en la categoría de lashón hará y qué cosas no" (10). Así, el Jafetz Jaim enseña que sin saber las leyes de lashón hará una persona tropezará inevitablemente ya que no sabrá qué constituye un habla prohibida.
Dada la constante prueba que enfrentamos respecto al tema de lashón hará y dada la afirmación de la Guemará sobre que nadie está libre de este pecado, pareciera que la única forma de mejorar en esta área es por medio del estudio constante de las leyes y la filosofía (hashkafá) del cuidado del habla. Con este objetivo, Rav Yehuda Zev Segal, Rosh Yeshivá de Manchester, desarrolló un calendario diario para el estudio de estos dos libros y, poco antes de su muerte, le pidió a la Fundación Jafetz Jaim que publicaran el libro Un compañero diario, el cual incluye una breve sección diaria de halajá y hashkafá (11).
En el pasado, quien hablaba lashón hará sufría de tzaraat y el kohén lo guiaba en su proceso de teshuvá. Hoy en día no tenemos la bendición de recibir un mensaje tan claro y, por lo tanto, debemos recurrir a las palabras del gran kohén, el Jafetz Jaim, para guiarnos sobre cómo mejorar en esta área a través del estudio constante de sus grandiosos trabajos. Les deseo que todos seamos bendecidos con la capacidad de evitar todas las formas de habla negativa.
Notas:
(1) Arajín 15b, 16a.
(2) Arajín 16b.
(3) Ver Rav Shimshon Rafael Hirsh zt"l, quien prueba extensamente que tzaraat no es lo mismo que la enfermedad física lepra.
(4) Baba Batra 165a. Avak significa literalmente polvo. Avak lashón hará es conocido como el polvo de lashón hará porque no constituye el tipo de lashón hará prohibido por la Torá pero representa muchas formas de habla que están prohibidas por nuestros sabios ya sea por su parecido a lashón hará o por la probabilidad de que lleven a alguien a hablar el tipo de lashón hará que sí está prohibido por la Torá. Ver Jafetz Jaim, Hiljot Lashón Hará, Clal 9 para una explicación profunda de avak lashón hará.
(5) Citado en Lékaj Tov, Parashat Tazría, p.107.
(6) El libro Jafetz Jaim discute las leyes de lashón hará y el libro Shemirat halashón explica la perspectiva de la Torá sobre lashón hará.
(7) Shemirat halashón Cap. 15.
(8) La palabra musar usualmente es traducida como ‘crecimiento’, a pesar de que su raíz viene de la misma raíz que isurim, que significa sufrimiento. Esto enseña que el proceso de crecimiento personal puede ser doloroso.
(9) Rejilut es otra forma de habla negativa, en la que Reubén le informa a Shimón que Leví habló mal de Shimón, causando así un gran daño a su relación.
(10) Introducción a Shemirat halashón, p.17.
(11) Como se puede ver en el comienzo de Un compañero diario.
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