Tuesday, December 17, 2013

Dar sin un fin ulterior (Giving For The Sake Of Giving)

“Dios benefició a las parteras, y el pueblo se incrementó y se fortaleció mucho. Y fue porque las parteras habían temido a Dios que Él les hizo casas" (1). Yojéved y Miriam arriesgaron sus vidas para salvar a los bebés judíos de ser asesinados por los egipcios. Por su acción, Dios las recompensó haciéndoles casas; Rashi explica que esto significa que ameritaron ser las madres de las familias de los cohanim (sacerdotes), los leviim y los reyes. Rav Moshé Feinstein pregunta que si su recompensa principal fueron esas casas, entonces por qué el versículo interrumpe la descripción de su recompensa diciendo "y el pueblo se incrementó y se fortaleció mucho"; si las casas eran el beneficio directo, entonces éstas deberían haber ido inmediatamente a continuación y el versículo debería haber dicho: “Dios benefició a las parteras y les hizo casas”. Rav Feinstein responde que la recompensa principal de las parteras no fueron las casas, sino que fue el incremento del pueblo judío, ya que su verdadero deseo y fuente de regocijo no era nada más que la expansión de la población judía. Por lo tanto, después de declarar que Dios las benefició, el versículo continúa con el resultante aumento de la población judía. Esa fue su recompensa principal; las casas eran simplemente un bono secundario por su gran temor a Dios (2). Hay muchas razones distintas sobre por qué una persona hace un acto de bondad: puede que esté consciente de que hacer actos de bondad es una mitzvá, puede que le deba un favor a alguien, etc. La explicación de Rav Moshé Feinstein nos enseña que el objetivo principal cuando ayudamos a alguien (además de la intención de hacer una mitzvá) es que la persona se beneficie con nuestra acción. A Yojéved y Miriam no les importaba la recompensa que recibirían por salvar vidas judías; simplemente querían que las vidas fueran salvadas. Dios las recompensó permitiendo que sus acciones fueran exitosas y que el pueblo judío creciera como resultado. Moshé, el hijo de Yojéved, heredó esta misma dedicación por los demás. Él vio el sufrimiento de su pueblo y arriesgó su vida para salvarlos. Persuadió al Faraón para que les diera un día de descanso para que pudieran respetar Shabat y, además, mostró gran preocupación por la oveja perdida de su rebaño. Fue por el mérito de esas acciones que Dios le habló en la zarza ardiente y lo convirtió en líder del pueblo judío. Lo único que quería Moshé era liberar a su pueblo de la dura esclavitud en Egipto; su recompensa fue tener el mérito de ser quien los sacara. Esta lección es importante en muchas áreas de nuestras vidas, pero sobre todo en nuestras carreras. Muchas personas tienen la fortuna de que su trabajo involucra ayudar a otras personas. Sin embargo, es muy fácil terminar enfocándose principalmente en el dinero que reciben por proveer este servicio. Una vez un dentista estaba tratando a Rav Abraham Pam. Rav Pam comentó cuánto ayudaba este dentista a las personas con su profesión, a lo que el dentista le respondió que efectivamente era un hermoso beneficio colateral de su trabajo, lo que implicaba que la razón principal por la que lo hacía era para ganar su sustento. Rav Pam le dijo que el beneficio colateral era el dinero que ganaba, pero que el objetivo principal debería ser ayudar a las personas a tener dientes saludables. Sabemos que la recompensa principal de Yojéved y Miriam será en el Mundo Venidero; ésta, será la consecuencia de sus intenciones puras. Si una persona realiza un acto de bondad con esa motivación, puede estar segura de que recibirá un gran beneficio en el Mundo Venidero. El Alter de Slobodka comentó una vez sobre el auto sacrificio de los panaderos (en ese tiempo, el panadero se levantaba muy temprano para proveer pan a su comunidad). Los panaderos hacían un gran acto de bondad al levantarse tan temprano para que el pueblo tuviera este bien tan vital. Sin embargo, comentó que si el panadero lo hacía sólo para ganarse el sustento, entonces estaba perdiendo su fuente principal de recompensa en el Mundo Venidero. Hacer actos de bondad es muy bueno y amerita una gran recompensa, pero no hay que perder el foco: ayudar a otros es lo más importante. Los beneficios colaterales vendrán, pero mejorar la vida de otro judío es en sí misma una gran recompensa. Notas: (1) Shemot 1:20-21. (2) Darash Moshé, Parashat Shemot.

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